Tendiendo la historia / Instalación

La historia “se tiende” cuando se pretende ventilar. Sacarla para a respirar permite verla de nuevo aunque sea lo mismo que se vea. Esta vez, filtrada por las incisiones en la madera y por la veta de la misma, el grabado hace eco de lo que ocurre con la memoria: los hechos van quedando impresos y no sólo en la mente sino en las calles y paredes.

Los rótulos, las ventas callejeras, las señales de tránsito, los detalles arquitectónicos, los faroles, la fuente del parque central, los pisos de casas antiguas, los tocadores, las rejas han estado allí desde que el Valle de la Ermita empezó paulatinamente a poblarse y convertirse en un eje citadino cuajado hoy de un tráfago de gente y vehículos que imprimen sus huellas, sus voces, su suciedad, sus graffitis a las ya existentes capas de herrumbre y posos de vida.

La faz de nuestra ciudad ha ido cambiando y la memoria que de ella tenemos se ha ido modificando. Estas xilografías citan esas distorsiones. Esas imágenes poco claras y difusas que a veces son los recuerdos es recogidas ahora en unas planchas de madera para ofrecer una versión imbuida de nostalgia y lejanía de ese escenario que a muchos les ha acompañado desde el inicio de sus vidas.

s. herrera u.
septiembre, 2012